Los personajes referidos a la saga Crepúsculo que son usados en este blog son propiedad de Stephenie Meyer.

septiembre 26, 2011

Cap. XXXVIII

La llamada

Cuando el estrepitoso sonido del teléfono llamo nuestra atención casi se pegue un brinco… más no me separe de Bella. Retire una mano de su cálido rostro mientras mantenía la otra en su mejilla, tome el auricular mientras mantenía mi vista clavada en la de ella.

— Casa de los Swan —dije claramente a quien estuviera del otro lado.

— Soy… Carlisle Cullen… ¿podría hablar con Charlie?

El temblor que me devoraba no era normal, solté a Bella instintivamente. No estaba segura a mi lado.

Bella extendió una mano hacia mí, pero la ignore.

Debía pensar bien lo que diría… no quería que ellos volvieran.

No quería que el maldito chupasangre que se había llevado la belleza y la luz en la mirada de Bella volviera por ella.

— No está en casa —conteste fríamente casi contra mi voluntad.

— ¿Dónde está? Necesito… hablar con el.

— Se encuentra en el funeral —corte tajante. Aunque fuera egoísta de mi parte no quise explicar de quien era el funeral. No era de su incumbencia.

Escuche como el doctor sanguijuela gruñía… sin entender por que. La llamada se cayó y yo colgué.

— Asqueroso chupasangre —escupí entre dientes asqueado, casi como si el olor a vampiro estuviera pegado en mis narices. Mire a Bella con recelo. Se veía más que confundida.

— ¿A quién le acabas de colgar mi teléfono en mi casa? —pregunto claramente molesta.

— ¡Cálmate! ¡Él me colgó a mí! —aclare.

— ¿Quién era? —pidió saber nuevamente.

— El doctor Carlisle Cullen —espete con lentitud.

— ¡¿Por qué no me has dejado hablar con él?! —grito enojada.

—No ha preguntado por ti —explique secamente. Todo lo que tuviera que ver con su chupasangre la hacia reaccionar de forma exasperada—. Preguntó dónde estaba Charlie y le respondí. No me parece que haya quebrantado las reglas de la cortesía —explique sarcásticamente viendo como el rostro de Bella pasaba del pálido al rojo y luego casi al verde. Un olor dulzón me llego de repente más fuerte que antes…

— Escúchame, Jacob Black...

No le hice caso y me di la vuelta para enfocarme mejor en el chupasangre que se acercaba… era la misma inquilina con quien había tenido una pijamada.

— Adiós, Bella —anuncio y me fui hacia la puerta de la salida antes de que llegara frente a mí.
— ¿Qué pasa? —escuche como Bella me seguía y me grita a mis espaldas.

Cuando llego a mi yo estaba casi dándome la vuelta, choco contra mí cayendo hacia atrás y llevándome con ella… despotrique un par de veces mientras caía, me moví rápidamente para no lastimar a Bella.

— ¡Maldita sea, ay! —se quejaba mientras yo luchaba por desenredar sus piernas de las mías.
Apenas estuve en pie corrí hacia la puerta trasera. Pero ya era tarde, la vampira estaba detrás de mí, detenida en las escaleras, pero no fue solo eso lo que me detuvo, si no el temblor extraño que abundaba en sus palabras y además en su cuerpo. Estaba más pálida de lo normal si es que eso era posible.

—Bella.

La interpelada se levanto como pudo para acudir a ella

— ¿Qué pasa, Alice?.

Bella mantenía el rostro de este entre sus manos tratando de que se enfocara, mientras yo no podía más que sentir asco.

— Edward —murmuro esta haciendo que un estremecimiento cruzara por mi columna.
Bella tembló como si el piso temblara bajo ella, su rostro se descompuso… era obvio que no entendía las palabras de la chupasangre, pero la sola palabra que esta había dicho había provocado en Bella reacciones enfermizas… antes de que se estampara contra el suelo, la cargue y la lleve al sofá mientras maldecía una y tora vez a EDWARD CULLEN… MIL VECES MALDITO…
No dejaba de temblar cuando me senté junto a ella, tratando de hacerla reaccionar… esa chupasangre no tenia nada que hacer aquí… solo le estaba haciendo más daño. Ella se aferraba a mi brazo con vehemencia.

— ¿Qué le has hecho? —le pregunte entre dientes.

— ¿Bella? Reacciona, Bella, tenemos prisa —hablaba esta ignorándome.
Ella solo lograba alterar a Bella.

— Mantente lejos —le avise. Su cercanía me quemaba la nariz y mi instinto mi exigía protegerme.

— Cálmate, Jacob Black —me pidió esta como si se creyera con algún derecho—. No querrás transformarte tan cerca de ella.

— No creo que tenga problemas en recordar cuál es mi verdadero objetivo —le aclare.

— ¿Alice? —Hablo Bella por fin—. ¿Qué ha pasado?

— No lo sé ¡¿Qué se le habrá ocurrido?!

La vampira se levanto y comenzó a marcar un número en su móvil rápidamente.

— Rose, necesito hablar con Carlisle ahora mismo —las palabras se amontonaban mientras yo quería por todos los medios ignorarla. Pero era difícil—. Bien, pero que me llame en cuanto llegue. No, habré tomado un vuelo. Oye, ¿sabes algo de Edward?

Evitaba escuchar lo que le decía la otra vampira… pero era casi imposible.
— Llamo y le conté lo que sucedió.

— ¿Por qué? ¿Por qué lo has hecho, Rosalie?

— Ya esta muerta que mas da que el supiera ahorita o después… además tu lo viste. Igual se iba a enterar.

— En fin, te has equivocado en ambos casos, aunque, Rosalie, era fácil suponer que iba a ser un problema, ¿a que sí?

— ¿Esta… esta viva?... pero tu la viste ahogarse…!!!

— Sí, exacto, ella se encuentra perfectamente... Me equivoqué... —me levante del sofá y me aleje unos pasos tratando de llenar mi cabeza con otros sonidos— Es una larga historia, pero en eso también te equivocas. Ésa es la razón por la que llamo... Sí, eso es exactamente lo que vi —escupió esta casi gruñendo—. Es un poco tarde para eso, Rose. Guárdate tu remordimiento para quien te crea.

Cerro el teléfono y se volvió hacia Bella… yo trataba de controlarme pero era difícil disminuir los espasmos.

— Alice, Carlisle ya ha regresado —explico Bella—. Acaba de llamar...

— ¿Cuánto hace de eso?

— Medio minuto antes de tu aparición.

— ¿Qué dijo?

— Yo no hablé con él —murmuro.

Inmediatamente ambas voltearon a verme, cuando lo hizo la vampira un estremecimiento de protección me recorrió. Me senté otra vez junto a Bella tratando de protegerla.
— Preguntó por Charlie y le respondí que no se encontraba aquí —explique.

— ¿Nada más? —quiso saber con voz seca la chupasangre.

— Después me colgó el teléfono —informe obviando la otra parte de la conversación mientras me vibraba la columna.

— Le dijiste que Charlie estaba en el funeral —aviso Bella.

— ¿Cuáles fueron las palabras exactas? —pidió saber la vampira.

—Jacob dijo: «No está en casa», y cuando Carlisle preguntó por el paradero de Charlie, respondió: «Se encuentra en el funeral».

La chupasangre cayó de rodillas al suelo como si fuera posible que perdiera el equilibrio.
— Cuéntamelo, Alice —pidió Bella

— No fue Carlisle quien telefoneó —espeto acusándome.

— ¿Me estás llamando mentiroso? —exclame asqueado.

— Era Edward —dijo ignorándome—. Cree que has muerto.

— Rosalie le dijo que me había suicidado, ¿verdad?

—Sí. He de decir en su defensa que ella pensaba que era verdad. Confían más de lo debido en mi visión, que funciona con muchas imperfecciones, pero eso fue lo que la impulsó a decírselo a Edward. ¿No comprendía... ni le preocupaba...?

—Y Jacob le habló de un funeral cuando llamó aquí, y él creyó que era el mío —dedujo Bella al cabo de unos segundos de que yo mismo lo hiciera.

— No te has alterado.

— Bueno, se ha malogrado una ocasión, pero todo se arreglará. Alguien le dirá la próxima vez que llame... que... en... realidad... —Bella sufría de solo pensar en el.

— Bella —susurró la vampira—, Edward no va a volver a llamar. Ha creído a Rosalie.

—No... Lo... comprendo...

— Se va a Italia.

No entendí que relación tenía ese país con la conversación.

Bella lo pensó un rato con la mirada caída y temblorosa hasta que exclamo

— ¡No! ¡No, no, no! —Repetía mientras palidecía— ¡No puede hacer eso!

— Adoptó esa decisión en cuanto tu amigo —escupió viéndome— le confirmó que era demasiado tarde para salvarte.

— Pero... pero él se fue. ¡Ya no me quería! ¿Qué diferencia puede haber ahora? ¡Sabía que algún día tendría que morir!

— Creo que él siempre tuvo claro que no te sobreviviría por mucho tiempo.

— ¡Cómo tiene esa desfachatez! —se levanto del asiento y yo sin poder evitarlo me levante al mismo tiempo para ponerme entre ellas—. Ay, Jacob, quita de en medio —vi como agitaba los brazos en pro a mi cuerpo para que la soltara—. ¿Qué podemos hacer? ¿No es posible que le llamemos nosotras? ¿Y Carlisle?

Ella negó con la cabeza.

— Eso fue lo primero que intenté, pero ha tirado su móvil a un cubo de la basura en Río de Janeiro... Alguien lo recogió y contestó.

— Antes dijiste que debíamos darnos prisa. ¿Prisa? ¿Cómo? ¡Hagámoslo, sea lo que sea!

— Bella, creo que no puedo pedírtelo...

— ¡Pídemelo! —pidió esta mientras yo aún no entendía el meollo de todo.

—Quizá ya sea demasiado tarde. Le vi acudir a los Vulturis y pedirles que le mataran —la sola idea me emocionaron, una parte de mi sintió last… no nada en mi sintió dolor por el. Era lo mejor… el estaba muerto de todos modos. No debía existir—. Todo depende de su decisión. Aún no he visto que adopten ninguna.

— Llegaremos tarde si están de acuerdo en concederle su petición, y en caso de una negativa por parte de los Vulturis, también llegaremos tarde si él lleva a cabo un plan rápido para ofenderlos. Sólo podríamos aparecer a tiempo si se entregara a sus inclinaciones más histriónicas.

— ¡Vamos!

—Atiende, Bella. Lleguemos o no a tiempo, vamos a estar en el corazón de la ciudad de los Vulturis. Me considerarán cómplice de Edward si tiene éxito y tú serás una humana que no sólo sabe demasiado, sino que huele demasiado bien. Las posibilidades de que acaben con todos nosotros son muy elevadas, sólo que en tu caso no será un castigo, sino un bocado a la hora del almuerzo.

Me sentí perdido mientras ellas hablaban, solo podía mantener e ahí con los brazos extendidos hacia Bella tratando de protegerla y de mantenerla bajo mi protección.

— ¿Es eso lo que nos retiene aquí? Iré sola si tienes miedo.

— Mi único temor es que acabes muerta.

— ¡Como si estar a punto de matarme no fuera moneda corriente en mi vida! —dijo la interpelada sarcásticamente. ¡Dime qué he de hacer!

— Escríbele una nota a Charlie. Yo telefonearé a las líneas aéreas.

— Charlie —repitió esta preocupada. Yo no iría a ningún lado. Que más podía hacer que quedarme a protegerle aunque anduvieren Cullen´s por aquí y este fuera su territorio no lo dejaría solo.
— No voy a dejar que le suceda nada malo a Charlie —intervine exasperado—. ¡Al carajo con el tratado!

Bella me miro casi se soslayo, tenia miedo eso era obvio.

— Date prisa, Bella —le apuro la estresante vampira.

Esta salió corriendo hacia la cocina. La seguí tratando de ayudarla aunque no entendía como podía seguir aquí viéndola como planificaba todo para irse. Quizás guardaba la esperanza de que fallara y no pudiera salvarle.

Volteo sobre el muro el contenido de una caja seguramente buscando un bolígrafo. Le extendí uno, lo tomo y me dio las gracias.

Le pase el blog de notas que estaba en la mesa de junto. La chupasangre había salido de mi vista y yo me concentre en Bella.

Papá:
Me voy con Alice. Edward está metido en un lío. Ya podrás castigarme a mi regreso. Sé que es un mal momento. Lo siento un montón. Te quiero mucho.
Bella


Escribió… yo trate de no leer… de mantenerme fuerte… ya el vampiro estaba muerto… ¿que mas daba?… ¿por que morir ella también? No ahora que la tenía junto a mi, esta era mi oportunidad… ¿Por qué querían todos arrebatármela?

—No vayas —le pedí.

— Por favor, por favor, por favor, cuida de Charlie —solicitó ignorando mi petición. No espero mi respuesta si no que salió disparada hacia el cuarto de estar nuevamente.
— Llévate la cartera. —Exclamo la vampira que la esperaba con una mochila montada al hombro— Necesitarás el carné... Por favor, dime que tienes pasaporte, no tenemos tiempo para falsificar uno.

Bella asintió y subió a su recamara. Yo no hallaba que hacer… sentía que se me escapaba de las manos… que la perdía. Contra mi voluntad hable con la vampira, nos manteníamos a distancia para evitar el olor… ella no podía llevarse a Bella así… no podía solo decidir y ya. Debía pensar mejor las cosas y disminuir sus pensamientos.

— Podrías controlarte de vez en cuando. Esas sanguijuelas de las que le has hablado a Bella... —replique.

—Sí, tienes razón, perrito —escupió entra gruñia—. Los Vulturis son la personificación de nuestra especie, la razón por la que se te pone el vello de punta cuando me olfateas, la esencia de tus pesadillas, el pavor que hay detrás de tus instintos. No soy ajena a esa realidad...

— ¡Y tú la vas a llevar ante ellos como una botellita de vino a una fiesta! —le acuse.

— ¿Acaso crees que va estar mejor si la dejo aquí sola, con Victoria al acecho? —y yo estaba pintado o que…? La había mantenido a salvo bastante tiempo.

— Podemos encargarnos de la pelirroja.

— En ese caso, ¿por qué sigue de caza?

Maldición… me sacaba de mis casillas… tenia unas ganas de cortarla en pedazos… refunfuñe molesto mientras temblaba.

— ¡Dejad eso! —pidió Bella—. Discutid a nuestro regreso. ¡Vamos!

Vi como Bella caminaba hacia la puerta y la detuve instintivamente. No quería perderla… no así.
— Bella, por favor, te lo suplico —rogué. Lloraba como un idiota y no me había dado de cuenta. Era un imbécil… por amarla.

— Jake, debo...

— No, no debes, la verdad es que no, lo cierto es que te puedes quedar aquí conmigo. Quédate y vive —como debe ser, como había sido estos últimos meses— Hazlo por Charlie. Hazlo por mí.
Unas lágrimas brotaron de sus ojos mientras sacudía su brazo de mi agarre… la solté sin protestar.

— No mueras, Bella —le pedí rogando aún más por sobre mi y todo aquello que me enfurecía—. No vayas. No.

Me abrazo con el rostro descompuesto, me rodeo con sus brazos y le abrace tratando de mantenerla ahí, junto a mí. Si fuera podido soldarla a mi cuerpo lo hubiera hecho… cualquier cosa a cambio de que no se fuera.

— Adiós, Jake —beso el dorso de mi mano luego de retirarla de su pelo—. Perdona.

Apenas se fue de mi lado… yo también me fui… no podía creer que tan pronto la había perdido…
No era justo que un vampiro… un monstruo… sin vida… muerto… sin alma… se fuera llevado el corazón de la mujer que amaba.

La brisa no secaba mis lágrimas, solo las volvía frías contra mi piel, mientras corrían una tras otra.

Si moría en ese viaje… jamás mi vida volvería a tener un porque.






1 comentario:

  1. hahahhahahay amigaa hermoziz
    esttaaa re guenisiisisisismo haha
    tte kiero...me encantta como transmites lo qe el pobre de jake siente haha ni tanto porqee estaa re buenoooo haha Ok no jjejje ttqmmm esero el siguiente asi :O

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