Los personajes referidos a la saga Crepúsculo que son usados en este blog son propiedad de Stephenie Meyer.

mayo 25, 2011

Cap. IX

Algunos fanfarrones de la Push

Me di un rápido baño mientras pensaba la mejor manera de sacar las motos sin que papá se diera cuenta.

La ultima que había durado tanto en el baño, fue una vez que llegue lleno de lodo por estar jugando en el bosque con Embry y Quil; tenia tanto lodo que mi cabello era un habitad perfecto para los cerdos.

Recordé una pícea que estaba afuera, este árbol media más de 30 metros. Era perfecto. Las hojas aisladas eran planas y colgaban desde lo más alto. Desde la casa papá no las vería. Sali apurado del baño, tenía los dedos arrugados por estar tanto tiempo bajo la ducha. Bueno casi agachado por que mis casi 2 metros e impedían estar cómodo bajo la ducha.

Apenas estuve vestido y casi peinado. Sali hacia la cocina a buscar algo para comer y luego poner en marcha mi plan, mientras planeaba a que lugar podría ir con Bella y las “nuevas” motos. Recordé un terreno amplio que había cerca de los acantilados.

Pero al recordar ese lugar no pude evitar pensar en Sam y los chicos, y en ese día del semestre pasado, estábamos en el instituto hablando, y Paul se había enfadado por una estúpida, era muy fácil hacer rabiar a Paul, pero su reacción fue extraña. Parecía como si temblara y de el expandiera un calor sofocante. Sam estaba junto a el y al ponerle una mano en el pecho lo calmo. Pero juraría que ese día estuvo apunto de comernos vivos, por esa cara de furia que tenia. Controlado por sus emociones. En ese acantilado Sam y su “grupito” se lanzaban y caían en picada hacia la helada agua. Yo prefería saltar desde más bajo. Pero desde que Embry se la estaba pasando tanto con Sam, y yo estaba pasando tiempo con Bella y las motos, nos habíamos distanciado “algo”:

Papá me vio pasar volando hacia la cocina, agarre unas papas y me fui hacia el garaje. El no pronuncio ni una sola palabra. Por alguna razón yo acababa de adivinar que el ya había estado cuchicheando con Charlie. Valla… que novedad…!!!

Sali al garaje y busque entre unas cosas que había enviado Rebecca haba enviado unos regalos desde Washington para papá y para mi. Agarre los dos lazos grandes, los amarre desprolijamente sobre el manillar de cada moto. Las lleve hasta la pícea y las coloque debajo. Era un toque muy gracioso, sabía que a Bella le agradarían los lazos.

Mientras masticaba las papas escuche el rugir del motor de la camioneta. Solté la bolsa de papas inmediatamente y camine hasta la entrada del garaje, me detuve bajo el marco del portón. Mientras observaba con la vista cada movimiento y expresión que hacia Bella. Rápidamente detallo las motos, debo admitir que quedaron espectaculares, mi moto negra era asombrosa, ya la había probado en la mañana y valla que corría.

Cuando una sonrisa sarcástica invadió su rostro, supuse que ya había distinguido los lazos. Llego hasta mí sonriendo y yo le seguí la corriente.

— ¿Preparada? —pregunte emocionado. Ella hurgo con la vista la fachada de la casa, seguramente buscando a papá, quien de seguro estaba viendo tv o hablando con Charlie por teléfono como acostumbraba hacer cada vez que sentía la necesidad de parlotear.
—De acuerdo —contesto algo temerosa. Se veía algo preocupada.

Trate de apresurar el paso antes de que cambiara de parecer y se fuera a ver clases con un profesional o algo así. Subí los coches rápidamente a la parte posterior del coche, las tumbe para que no se vieran, escondiendo bien los lazos.

—Vámonos —la alenté inquieto y emocionado—. Conozco un sitio perfecto; nadie nos verá allí.

Subimos al auto y agarramos camino fuera de la ciudad en dirección al Sur, por donde se encontraban los acantilados. La vía entraba y salía del bosque unas cuantas veces, hasta que la calle nos mostro el océano que estaba frente a nosotros. Estaba algo nublado el cielo, supuse que no tardaría mucho en llover.

Bella manejaba despacio mientras admiraba el paisaje. Yo le conté durante el viaje como había terminado de arreglar las motos, me comente sobre las tuercas para las tapas de los cauchos, el tubo respirador, y los nuevos cables y tubos delgados que había comprado para el sistema de frenos.

Bella comenzó a bajar la velocidad, desconcentrada con la vista y la mente en otro lado.
— ¡No! —grito de pronto mientas frenaba en seco.

— ¿Qué pasa? —pregunte casi en un grite confundido y sobresaltado.
— ¡Ese chico... acaba de saltar por el borde del acantilado! ¿Por qué no se lo han impedido? ¡Tenemos que llamar a una ambulancia! —Bella comenzó a bajarse del auto. Cuando entendí a que se refería no pude evitar que una risa se escapara de entre mis labios.

Ella me miro con reproche. Así que me apresure a explicarle que solo se trataba del grupo de Sam. Hacían lo acostumbrado. Fanfarrear.

—Sólo están haciendo salto de acantilado, Bella. Es un pasatiempo. Ya sabes, La Push no tiene centro comercial —dije para tratar de calmarla. Eran ciertas mis palabras, pero solo intentaba hacer un chiste para no demostrar lo que mi irritaba la presencia de ellos. Aunque estuvieran a varios kilómetros lejos de nosotros.
— ¿Salto de acantilado? — Sam acababa de saltar al agua, Embry di un paso atrás e imito sus pasos. Cayo entre las oscuras olas grises de allá abajo.
— ¡Guau! ¡Con lo alto que está...! —dijo ella asombrada y algo emocionada quizás. Entro nuevamente al auto mientras mantenía la vista fija en Sam y Jared que se mantenían esperando el momento propicio para saltar.
—Bueno, vale, la mayoría saltamos de más abajo, desde esa roca que sobresale del acantilado a mitad de camino entre donde están ellos y el mar —le explique señalando con el dedo una altura mas baja. Donde yo acostumbraba a saltar con Quil… y con Embry antes de que se uniera a Sam—. Esos chicos están mal de la cabeza. Probablemente lo único que pretenden demostrar es lo duros que son. Lo que quiero decir es que hoy hace mucho frío y el agua no debe de ser ninguna delicia —dije mientras arrugaba la cara. Me sentía asqueado. Poco a poco ganaba repugnancia hacia esos “vecinos” de la Push. Me molestaba un poco que esos seres se creyéndose dueños del lugar. Como si fueran policías protegiéndonos de algo.
—¿Tú también has saltado desde el acantilado? —no se me había escapado ese «nosotros».
—Claro, claro —dije rápidamente mientras me encogía de hombros, para demostrar que también podía hacer lo ismo que ellos. Con la diferencia de que no arriesgaba mi vida ni me pellejo solo para hacerme “publicidad”. Yo solo lo hacia por regodeo—. Es divertido. Da un poco de miedo y algo de agobio.

Bella aun observaba a Paul mientras este se preparaba para arrojarse al agua. Una extraña sonrisa que no entendía se extendió por su rostro.

—Jake, tienes que llevarme a hacer salto de acantilado. –me exigió de pronto.
La mire confundido, sin poder evitar fruncir el ceño. No entendía por que de repente le provocaba por practicar salto de acantilado, como si hablara de una simple caminata a la manzana.
—Bella, te recuerdo que has estado a punto de llamar una ambulancia para Sam —le recordé al ver su repentino entusiasmo por practicar esos trucos.
—Quiero intentarlo —insistió mientras hacia ademan de bajarse del auto. La tome por la muñeca antes de que lo hiciera. No quería tener un enfrentamiento con ninguno de ellos. Menos aun en presencia de Bella. Era mejor evitarlos.
—Pero no hoy, ¿vale? ¿No podríamos esperar por lo menos a un día más cálido? –el frio no me agradaba en lo más mínimo.
—Vale, de acuerdo —un frio escalofriante entro por la rendija de la puerta que Bella mantenía abierta. ¡Deben de estar locos esos idiotas para lanzarse al agua con semejante frio!—. Pero quiero ir pronto.
—Pronto —dije desconcertado—. Algunas veces te comportas de una manera muy rara, Bella. ¿Lo sabes, no? –no entendía por que luego de haberse asustado al ver saltar a Sam, ella le provocaba por experimentar un sentimiento parecido.
—Sí. –me respondió con un suspiro profundo.
—No saltaremos desde lo más alto. – le explique. Quizás un día cuando ellos no estuvieran la llevaría a saltar conmigo… desde la parte baja.

Paul se lanzo mientras daba una vuelta en el aire. Fanfarreando como siempre.

—Vale —acordé—. Al menos, no la primera vez.

Suspire hondo ante su obstinación. Era muy terca. No quería seguir hablando de eso.

— ¿Vamos a probar ahora las motos o no? —pregunte apresurado por cambiar de tema.
—Vale, venga —contesto. Agarramos carretera otra vez. Poco a poco me fui calmando, mientras trataba de disolver los pensamientos de ese grupo arriesgado y fanfarrón. Cuando Bella volvió a hablar.
—Bueno, ¿y quiénes eran esos chicos, los locos? —ella no dejaría ese tema tan fácil. Un sonido de disgusto salió desde mi pecho.

—La banda de La Push.


3 comentarios:

  1. Angela, que bonitos detalles los que pones de tu parte. Es magnifica tu interpretacion de la historia. los enlaces que pones de tu parte entre Cada escena, son perfectos.

    Lindo capitulo Angela!

    Besos y abrazos,

    LISY

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  2. Listo!!! me gusto mucho el cap angela, la banda de la push,,, ya quiero leer mas un beso!!!

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  3. Ke buen capitulo Ángela me gusto tienes talento scribes muy bien bueno ps cuidate y ya espero el próximo bye

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