Los personajes referidos a la saga Crepúsculo que son usados en este blog son propiedad de Stephenie Meyer.

mayo 08, 2011

Cap. IV

Contar con tu compañía me hace dichoso. Contar mis amigos, es otra cosa.


— ¿Jacob? —gritó Quil.
— ¿Ése es Billy? —pregunto Billy al no reconocer la voz.
—No —dije mientas dejaba caer mi cabeza entre mis manos. Les había comentado algo acerca de Bella, sabían que me interesaba lo cual no era bueno, si ella llegaba a enterarse—. Mienta al diablo —masculló—, y el diablo aparecerá.
— ¿Jake? ¿Estás ahí?

Preguntaba Quil nuevamente, mientras rebuscaba curioso por la entrada.

— ¡Sí! —si grite en medio de un suspiro resignado.

Luego de un rato ambos entraron al interior del garaje, dando la vuelta en la esquina dos chicos altos de piel oscura.

Quil traía una mirada de suficiencia mientras caminada, al pasar el tiempo ellos también habían tomado algo mas de cuerpo y estatura. Lo que no les molestaba en nada. Apenas divisaron a Bella se detuvieron de golpe. Embry me miraba curioso, luego deslizó la mirada rápidamente hacia Bella. Quil no dejaba de ver a Bella mientras una sonrisa se extendía lentamente por su rostro. Lógicamente le parecía bonita. Y más aun lógico era el hecho de que sabían que me gustaba y que en cualquiera momento iniciarían las indirectas.

—Hola, chicos —los salude sin emoción alguna.
— Hola, Jake —contestó Quil sin apartar la vista de Bella. Con la estúpida sonrisa gravada en su cara, Bella se la devolvió renuente. Cuando lo hizo, el gafo de Quil le guiño un ojo—. Hola a todos. –dijo con doble sentido.
— Quil, Embry, os presento a mi amiga, Bella. –quería dejar en claro que solo era una amiga. Aun y cuando ellos estuvieran al tanto de mi interés en ella. Ellos al oír el nombre de Bella intercambiaron una mirada de sospecha y afirmación. Recordaron rápidamente quien era.
—La hija de Charlie, ¿no? —le pregunto Quil a Bella al tiempo que le tendía la mano.
—Cierto —afirmo Bella. Mientras estrechaba su mano. Quil flexiono sus bíceps tratando de mostrarle a Bella la fuerza que se expandía por sus brazos.
—Yo soy Quil Ateara —le dijo presuntuoso.
—Encantada de conocerte, Quil. –dijo Bella luego de soltarle la mano.
—Hola, Bella. Soy Embry, Embry Call, aunque imagino que ya lo suponías —Embry le sonrió con encogimiento y la me saludó con una mano, que introdujo rápidamente en el bolsillo de sus vaqueros.
—Encantada de conocerte, también. –dijo luego de un asentimiento.
—Y bien, ¿qué estáis haciendo, chicos? —preguntó Quil, sin dejar de observar a Bella.
—Bella y yo vamos a reparar estas motos —les explique dejando en claro que solos éramos Bella y yo. No deseaba terceros y menos cuartos. Ellos hicieron caso omiso al énfasis de solo 2 personas y se acercaron para examinar las motos de cerca, molestándome con una multitud de preguntas. Entusiasmados comenzaron a indagar referente a las fallas y esas cosas. Entre algunas respuestas iban algunas bromas.
— ¿Tiene bote de aceite? —pregunto Embry mientras examinaba la moto negra.
— Las motos no pierden aceite, marcan su territorio. —replique utilizando una típica broma de los motoqueros. Estaba tan inmerso en la charla que olvide por completo que Bella estaba cerca de mi y que seguramente no conocía mucho de motos. Me entristecí cuando la vi salir de mi auto, el Golf que ya estaba casi terminado.
—Te estamos aburriendo, ¿no? —Le pregunte con una mirada de disculpa.
—Qué va —confeso en tono sincero—. Lo que pasa es que tengo que hacerle la cena a Charlie. —me explico.
—Oh... Bien, terminaré de desmontar las piezas esta noche y averiguaré qué más necesito para poder reconstruirlas. ¿Cuándo quieres que volvamos a trabajar en ellas de nuevo? –pregunte entusiasmado. Tentar a mi suerte no estaba de más. Ya que hoy Embry y Quil me habían echado a perder parte del día. Contagiándome de su entusiasmo y aprovechándose mi interés en las motos.
— ¿Puedo volver mañana? —pregunto... era domingo. Nada que hacer. Era perfecto.
Quil le dio un codazo a Embry e intercambiaron muecas estúpidas. Los correría pronto. Mientras disfrutaba del pronóstico para el domingo. Sonreí radiante.
— ¡Eso es genial! –confirme entusiasmado.

—Podemos ir a comprar los componentes si haces una lista —sugirió Bella. Yo no quería que ella gastara su dinero resguardado para la Universidad. No era adecuado. Y ahora si debía mostrarle un poco mi desacuerdo en cuanto a que lo gastara todo.
—Todavía no estoy seguro de que te vaya a dejar pagarlo todo. –le avise. Ella sacudió la cabeza negándose. Al parecer era algo terca.
—Nada de nada. Yo pondré los fondos para esto. Tú sólo tienes que aportar el trabajo y la maña.
—No me parece bien —anuncie sacudiendo mi cabeza en desacuerdo.
—Jake, si las llevo a un mecánico, ¿cuánto me costaría? —pregunto perspicaz… obviamente le cobraría muchísimo. Tendría que gastarle el dinero para tres universidades más para costear los gastos.
—Vale. —me rendí con una sonrisa.
—Y eso sin mencionar las lecciones para aprender a montar —añadió.

Quil se acerco a Embry y le susurro algo como “quizás podamos ayudar”. Mi mano salió disparada hacia la nuca de Quil.

—Ya está bien, largaos —farfulle.
—No, de verdad, tengo que irme —repitió mientras caminaba hacia la puerta—. Te veré mañana, Jacob.
Salió del garaje poco a poco. Apenas cruzo la puerta los idiotas de Quil y Embry, aullaron a coro:
— ¡Uauuuuu...!
Rápidamente les di una escaramuza a cada uno, acompañada por varios quejidos de dolor y sorpresa.

—Como a alguno de vosotros se le ocurra poner el pie por estos lares mañana... los matare. –les advertí amenazante.
— Valla. Que egoísta. Yo también quiero aprender a manejar. Además Bella me cayó muuuuy bien.
— Si quieres conservar la mandíbula donde esta es mejor que, ni tu —le dije señalando a Quil y luego a Embry —ni tú, se aparezcan por aquí.
— Está bien. Que humor. Esos celos son excesivos.
— Vamos, lárguense. Su vida propia necesita de ustedes para fracasar. —me burle.
— Bien, vámonos. Aquí no somos bien recibidos “hoy”. —bromeo Embry.
— Mañana tampoco. Están advertidos.
— Vale, vale. —dijeron al unisonó imitándome.
— Chao Jacob. Que mañana pases un lindo día.
— Así será. —dije sarcásticamente.
Esperaba que así fuera. Con Bella se me daba muy bien ser yo mismo. Era paz y tranquilidad estar junto a ella. Sin contar la felicidad que me embargaba en su compañía.
Esperar al día siguiente seria algo arduo. Pero lo ansiaba, ansiaba verla locamente. La noche fue larga, di un par de vueltas remolón en mi cama. Mientras contaba miles de ovejas en mi cabeza tratando de caer en la inconsciencia. Hasta que por fin amaneció. Un nuevo día. Lluvioso, si. Pero eso no mancharía mi felicidad.
Sabia que Bella vendría. Y eso me complacía.
— Hola Jacob buenos días. –hablo Charlie al teléfono cuando conteste.
— Hola Charlie. ¿Como estas?
— Muy bien. ¿Y tú? ¿Y tu papá como se encuentra?
— Estoy Bien. Gracias. Papá esta excelente. Roncando.
—Ok, bueno dile que Harry va a pasar por el para venir a mi casa a ver el partido.
— Bien yo le digo.
— Por cierto, Bella va en camino para tu casa.
— Gracias. La esperare.

Se corto la llamada. Y corrí apresuradamente a medio arreglarme para esperar a Bella. Bañarme y peinarme mi alocado cabello era una buena idea.

Cuando estuve listo me plante junto a la ventana esperando el hermoso sonido del motor de la pickup.

4 comentarios:

  1. Esta chistoso este capitulo,sabes ponerle cosas graciosas a los acontesimientos de la historia . Me hiciste reir mucho con lo de "largense, su vida propia los necesita a ustedes para fracasar"
    Angela, eres ingeniosa!, Te felicito!

    Besos y abrazos,

    LISY

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  2. muchasss graciass lisy..!! espero siempre tener ese toque tipico en Jacob de hacer bromas jaja..!! besos

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  3. me gusto mucho este cap... sorry por tardar tanto en pasar pero estos dias han estado algo dificiles, lo bueno es que ya soy tia!!! ... ahora mismo voy a leer el sig un beso!!!

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  4. Que bonita camaraderia describes entre Jake y sus amigos y eso es tuyo. Buen capitulo Angela!

    Besos y abrazos,

    LISY

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