Los personajes referidos a la saga Crepúsculo que son usados en este blog son propiedad de Stephenie Meyer.

junio 27, 2011

Cap. XV

Alguien ha dejado la música atrás

Tomamos el camino por el sendero, Bella caminaba algo lento, bueno en realidad caminaba increíblemente lento. Supuse que no se le daban mucho las excursiones así que hice todo lo posible para no quejarme y andar a su paso.

Necesitaba hacer algo más, o terminaría jalando a Bella de una mano para caminar más rápido. Comencé a silbar para distraerme, me colaba entre la espesa vegetación pendiente de no perder el camino trazado; de pronto el ritmo de mi silbido tomo el rumbo de una canción del grupo The Magic Numbers… el titulo era… All I Believe In.

Me gustaba mucho esa canción. Pensé que Bella la conocería, pero ella continuaba caminando, tranquila. No pregunto por la canción, ni nada. Como si el sonido de la música no fuera de su agrado.

Muchas cosas habían cambiado en Bella. Seguramente sus “amigos” del instituto no lo han notado. Pero para mi era algo obvio.

Unas ganas de abrazarla me recorrían el cuerpo. Metí las manos en los pantalones para contenerme, cuando conseguir la brújula en mi bolsillo. Aproveche de sacarla de ahí para revisar las coordenadas. Y además dejar mis pensamientos atrás.

—Esto..., ¿Jake? —tartamudeo Bella.
— ¿Sí? —pregunte algo aturdido por el tiempo que teníamos sin cruzar palabra.
— ¿Qué tal van las cosas con Embry? ¿Ha vuelto ya a la normalidad?
No esperaba eso. La mente se me descontrolo. Tenia días sin poder hablar con Embry, Quil estuvo hablando conmigo en estos días; y fuimos juntos a casa de Embry pero no conseguimos más que un no por respuesta. Su mamá decía que no estaba, que no sabia donde andaba. Otro día decía que había salido temprano sin decir a donde iba. Que en la noche llego tarde y solo estuvo unos minutos por que al rato volvió a salir.

No habíamos logrado nada. Y eso solo conseguía ponerme peor. No me di cuenta que Bella esperaba en silencio a que le respondiera. Había caminado unos cuantos metros por delante de ella, así que me detuve hasta que me alcanzo.

— No, no ha vuelto a la normalidad —susurre triste. Me quede plantado donde estaba. Me sentía vacio, una necesidad inexplicable me llamaba hacia mi viejo amigo Embry. Seguramente por tantos años de amistad. Pero cada vez que trataba de acercarme a el. No conseguía nada. Solo logre frustrarme y decidí no ir más a su casa a buscarle. Solo conseguía deprimirme, y fastidiar a Quil para que me acompañara hasta la casa de Embry. —Todavía sigue con Sam —aclare.

—Vaya.

Sin pensarlo en absoluto, pase mi brazo sobre los hombros de Bella. Ella no me sacudió de encima. Asi que permanecí allí. Eso me reconfortaba.

— ¿Aún te siguen mirando con cara de burla? —pregunto en voz baja.
Observe los arboles que estaban frente a nosotros. Recordando como Sam me observaba cuando andaba con Paul y los otros.
—Algunas veces.
— ¿Y Billy?
—Tan útil como siempre —respondí enfadado.
— Nuestra casa está siempre abierta —y nada me haría más feliz. Pero con Charlie en casa umm, umm, no creo que nos valla muy bien.
Me reí con verdaderas ganas imaginándome la situación tan enredada.

—Pero piensa en la mala situación en la que pondríamos a Charlie... cuando Billy llamara a la policía para denunciar mi secuestro.

Bella entendió mi punto, y se unió a mis risas.

Le avise que se detuviera, habíamos andado nueve kilómetros y cortamos hacia el oeste durante un rato, luego volvimos a tomar las líneas de las coordenadas que había planeado. El aspecto de Bella dejaba en claro que estaba perdiendo las esperanzas.

—Siempre que estés segura de que salimos del lugar correcto... —dije mientras la miraba.
—Sí, estoy segura. —afirmo.
—Entonces lo encontraremos —le prometí. La tome de la mano y nos adentramos en el matorral, entre varios helechos. A unos pasos se encontraba el auto de Bella. Orgullosamente me señale a mi mismo—. Confía en mí. —me burle.
—Eres bueno —me elogio Bella—, aunque la próxima vez traeremos linternas.
—Reservaremos los domingos para hacer excursiones, de aquí en adelante. No sabía que fueras tan lenta.

Ups. No aguante mucho en decirlo.

Bella tiro de su bolso, y lo lanzo en el asiento del conductor. Estalle en risas por su reacción de niña malcriada.

— ¿Así que estás dispuesta a intentarlo de nuevo mañana? —pregunte deseoso mientras me entraba a la camioneta por el lado del copiloto.

—Seguro. A no ser que prefieras ir solo para que no te ralentice mi cojera.

—Sobreviviré —afirme en tono dramático—. Aunque si quieres seguir haciendo excursiones, mejor te traes unas cuantas curitas. Te apuesto algo a que te acabas de dar cuenta de que llevas puestas esas botas nuevas. —seguramente tenia los pies aporreados de tantas ampollas.

—Un poco —afirmo ella.

—Ojalá que veamos al oso mañana. Estoy un poco decepcionado por no haberlo divisado. —bromee. En realidad no tenía muchas ganas de ver al famoso oso. Papa insistía en que eran algo más. Que yo me enteraría pronto de su identidad.

—Sí, yo también —dijo ella de forma sarcástica—. ¡Quizá tengamos suerte mañana y algo nos coma vivos!

—Los osos no se comen a la gente. No les sabemos tan bien —dije sonriente mientras avanzábamos por la carretera—. Claro, aunque tal vez tú seas la excepción. Me apuesto lo que quieras a que sabes estupendamente.

—Muchas gracias —agradeció ella con la vista perdida... Por alguna razón el tema la desconcentro.

1 comentario:

  1. y jake se equivoco de nuevo... ese comentario al final creo que trae demasiados recuerdos a bella!!!

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