Los personajes referidos a la saga Crepúsculo que son usados en este blog son propiedad de Stephenie Meyer.

mayo 01, 2011

Cap. II

Un sonido Único, que nunca pensé me haría feliz.


Mientras daba vueltas en la entrada de la casa, recordé las hogueras que habían hecho varios de los chicos de la reservación, entre ellos Paul, Jared y Sam. Festejando la ida de los Cullen de Forks.
Estaba preocupado por Embry tenia unos cuantos días sin asistir a clases, y se había cortado en cabello. Casi no hablábamos. Me daba la impresión de que me ignoraba o evitaba afrontar una conversación conmigo.

Esperaba poder ver a Bella, en unas pocas semanas. Pero ya habían corrido los meses de Octubre y Noviembre y ella aun no aparecía por aquí. Intente llamarla infinidad de veces, en algunas ocasiones marcaba los primeros dígitos y luego colgaba resignado. En otras simplemente no llegaba hasta el teléfono, por que desistía antes. Una sola vez deje correr los repiques de espera, hable fue con Charlie, pero sus palabras me dejaron en claro que no era bueno llamar, solo me lastimaba a mi mismo.

Le pregunte por Bella, sus palabras me perforaron el corazón, ella no deseaba comer, ni beber nada, casi ni se movía, tenia pesadillas continuas y se despertaba llorando por las noches... fue tanto el desespero y la impotencia de el que hasta llego a llamar a unos de los doctores del hospital, temía que fuera necesario hospitalizarla.

En el mes de Diciembre, Billy me conto que había hablado con Charlie. Yo en realidad no deseaba saber nada. Me partía el alma saber que ella estaba mal. Quería desahogarme, Quil venia debes en cuando y podía hablar con el. Pero también me hacia falta Embry, a quien casi no veía, pasaba la mayor parte del tiempo con Sam.

- Bella ha vuelto a la escuela. –me conto.
- Eso es bueno, ¿no?
- Si, algo así. Pero Charlie me dice que ella no es la misma. Camina y se mueve por indolencia y con apatía. El estuvo apunto de mandarla a Florida con su madre, pero Bella armo un berrinche mayúscula, y no permitió que se la llevaran de el pueblo. Es extraño, quizás ella cree que el va a regresar. Como dice Charlie el la dejo vacía, sin vida. Como si fuera absorbido todo aquello que brillaba en ella. Yo se lo advertí. Nada bueno puede venir de esos seres quita vida.

No lograba decir nada, solo respiraba hondo tratando de calmar los rápidos latidos de mi corazón, asustado y entristecido.

- Debería ir a visitarla. –comento casualmente. Como si fuera tan fácil.
- No creo que mi visita cambie algo.
- Inténtalo. Charlie me dice que ya no tiene amigos. O bueno ya no mantiene contacto con ellos.
- Lo pensare.

Corrió ese mes y yo me mantuve igual, me oponía completamente a mis deseos d verla y estar con ella. No quería verla en ese estado aunque la extrañara con todo mí ser. Ella no se estaba recuperando, solo caía más y más. Yo no tenia idea de cómo ayudarla.

Una tarde mientras vagabundeaba en la casas, dando vueltas alrededor del teléfono, pensando en mi auto y los detalles que me faltaban y con unas terribles ganas de llamar a Bella, escuche el rugido de un viejo motor, ese sonido me tomo de las manos y me llevo al cielo, era un sonido glorioso. Nunca había estado tan feliz de escuchar el motor de la vieja Chevy que había reconstruido cuando Bella llego a Forks.

En dos saltos estuve en la ventana que daba hacia el frente de la casa, y ahí estaba. Bella venia al volante. Una enorme sonrisa se extendió por mi rostro. Estaba extasiado de poder verla. Camine hasta su auto, en su rostro aun quedaba rasgos de esa chica dulce que tanto quería, pero sus ojos estaban tan tristes y vacios como un pozo.

Ahora que estaba aquí. Que ella había llegado hasta mi, yo me encargaría de ayudarla a superar ese pasado que nunca debió hacer presencia en su vida. Le mostré mi mejor sonrisa, la haría dichosa aunque me costara la vida
.
- ¡Bella! –exclame entusiasmado cuando estaba mas cerca de ella.
- ¡Hola Jacob! –saludo devolviéndome la sonrisa. Estaba hermosa como siempre. Mi alegría deslumbraba como un caldero.

Me detuve a unos cuantos pasos de Bella, ella me observaba perpleja. Quizás observaba con desapruebo mi largo cabello, que estaba sobre mis hombros chorreando agua por la lluvia que caía.

- ¡Has vuelto a crecer! – dijo pasmada. Me reí con verdaderas ganas. Me sentía sorprendente y completamente feliz.

- Uno noventa –me elogie satisfecho.
- ¿Es que no vas a parar nunca? –sacudió la cabeza suspicaz –. Te has puesto enorme.
—La verdad es que estoy hecho un espárrago —confesé con una mueca burlona. Mi crecimiento parecía inevitable, cada vez me estiraba más—. ¡Entra! Te estás poniendo perdida. –dije apremiante.
Le indique el camino hacia la casa. Me retorcí el cabello para quitarle el exceso de agua, seguramente no me veía muy bien con el cabello sobre mi cara chorreando; saque de mi bolsillo un liga y me hice una coleta desprolija.

—Hey… papá —llame a papá cuando cruce el umbral—. Mira quién se ha pasado por aquí.

Papá estaba en la silla de ruedas leyendo un viejo libro; lo coloco sobre su regazo e impulso la silla hasta nuestro lugar.

- ¡Vaya, pero esto qué es! Cuánto me alegro de verte, Bella. –dijo sinceramente papá. El tendió su mano y ella la tomo para confirmar su saludo con un apretón.
- ¿Qué te trae por aquí? ¿Todo va bien con Charlie? –quiso saber papá. Yo en realidad estaba demasiado feliz de tenerla aquí. Tanto que no recordaba a Charlie. La esperanza de que estuviera ahí por mi y no por otra cosa me cortaba la respiración.
- Sí, fenomenal. Sólo quería saludar a Jacob, hacía mucho que no le veía. –como si fuera posible mi sonrisa creció aun más. Seguramente tenia cara de estúpido, pero la felicidad y la dicha que me embargaban por saber que estaba ahí “por mi” me hacia dichoso.

- ¿Podrás quedarte a cenar? –papá también estaba emocionado por la llegada de Bella. No tanto como yo, pero si lo estaba. El tenía días preocupado por ella.
- No, he de hacer la cena para Charlie, ya sabes. –se excuso ella.
- Puedo llamarle –sugirió papá leyendo mi mente– Él siempre está invitado.
- No es que no nos vayamos a volver a ver. Te prometo que estaré pronto de vuelta, tanto que terminarás harto de mí —cada palabra que decía me hacia mas contento. Ya que cada una implicaba que pasaría mas tiempo por aquí. Conmigo. Lo que me hacia feliz en todos los sentidos.
- Vale, quizás la próxima vez. –contesto papá con una media sonrisa.
- Bueno, Bella, ¿qué quieres que hagamos? –le pregunte emocionado.
- Lo que quieras. ¿Qué hacías antes de que te interrumpiera? –me pregunto entusiasmada. Dude un poco antes de responderle. Estaba en el garaje, si. Pensando en mi auto, también era cierto. Pero en realidad me debatía entre llamarla o no. Pero no podía decirle eso, recordarle que estaba preocupado por su estado, cuando ahorita se veía casi radiante. No debía estropearlo.
- Me dirigía justo ahora a trabajar en mi coche, pero podemos hacer cualquier otra cosa...
- ¡No, eso es perfecto! –Me corto emocionada– Me encantaría ver tu coche.
—De acuerdo –conteste. –Está allí fuera, atrás, en el garaje.
—Luego te veo. –le dijo a papá mientras salíamos.

No estaba muy convencido de que le gustara el auto. Pero estar ahí, conmigo en mi garaje era lo que ella quería. Pues así seria. Camine, con ella a mi lado. Me sentía el ser más bienaventurado del universo.


Con ella a mi lado... nada podría ir mal.

3 comentarios:

  1. Ola Ángela ke buen capitulo,este Jacob si ke estaba feliz y yo creo ke Bill también....cuidate y sigue así escribes muy bien me encanto bye....

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  2. y ahora empieza la historia... la oportunidad de jake, ya quiero saber que pasa por su cabezita!!! un beso angela me encanto el cap!!!

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  3. Angela, que bonita felicidad demuestra Jacob solo por estar con Bella. yo creo que el deseo de Bill era el mismo de Charlie , que Jake y bella quedaran juntos.

    Este es un capitulo muy sublime, Angela. Esta lleno de amor de Jake por Bella.

    Besos y abrazos,

    LISY

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