Los personajes referidos a la saga Crepúsculo que son usados en este blog son propiedad de Stephenie Meyer.

agosto 10, 2011

Cap. XXVI

¿Faltando a mi Promesa?


Los temblores no disminuían, solo aumentaban más y más, con cada palabra que pronunciaba, con cada mirada nerviosa de Bella, con sus malas mentiras; la ira crecía más, aunque fuera difícil de creerlo.

—Esto es ridículo —protesto Bella.

¡Ja! Ahora es ridículo… ni me importaba que dijera, yo sabia que mentía. Si ella quería hacerme quedar por loco, ese era su problema. No discutiría más con ella en cuanto eso, solo debía aprovechar el momento y concluir la conversación. Solo irme y lamentarme de mi eterna condición.
A porque claro otro de los grandes privilegios de ser licántropo, era ese; una vida casi eterna. Mientras más tiempo pasara como lobo, mas tiempo de vida tendría.

—Muy bien —respondí chocante. Respire una vez más, tan profundo que me dolieron las costillas—. No voy a discutir contigo. De todos modos, no importa. El daño está hecho.

— ¿Qué daño? —grito. Me quede imperturbable ante su tono de voz.

—Regresemos. No hay nada más que decir. —debíamos dejar las cosas como estaban. Por mi bien y el suyo. Mis temblores no habían bajado. Era mejor irme.

Bella me miro fijamente a los ojos, casi podría jurar que también temblaba. Su boca permanecía abierta, sorprendida por mis palabras.

— ¡Queda todo por decir, aún no me has contado nada!

Comencé a caminar antes de que las cosas empeoraran. Necesitaba enfriarme, ya había estirado mucho mi suerte y mis neuronas estaban ardiendo, no era capaz de concentrarme.
Cuando me había alejado unos metros Bella grito, sin saber que mis nuevos oídos eran capaces de escuchar a kilómetros de distancia.

—Hoy me he encontrado con Quil —me confeso mientras yo aun le daba la espalda.
Me detuve sin pensarlo. Mi cuerpo solo freno ante la escucha del nombre de mí otro mejor amigo, que ahora estaba tan lejos de mí.

— ¿Recuerdas a tu amigo Quil? Sí, está aterrado.

Esas palabras me dolieron más de lo ella podía imaginar. Voltee a verla. Iba a despotricar cantidad de palabras, pero solo pude susurrar apenado.

—Quil.

—También se preocupa por ti. Está alucinado.


Bella me miraba, pero yo no podía sostener esa mirada que intentaba acusarme, y buscar respuestas que no podía darle. Solo pude ver a sus espaldas, el bosque, mientras pensaba en mi amigo Quil.

—Tiene miedo de ser el siguiente.

Jamás pasaría. Me sostuve de un árbol que estaba junto a mí. Sentí ganas de vomitar. Me sentí mareado por un momento, la ira y el dolor que me recorrían el alma no eran sentimientos aptos para mi mente humana. Quería irme de ahí. Para poder —aunque me costara creerlo— convertirme en licántropo.

Quil no pasaría por esto, no se lo merecía. En la manada, principalmente Embry y yo, contábamos con eso no sucediera.

—No lo va a ser —murmure más para mi que para ella—. No puede serlo. Esto ha terminado. Esto ni siquiera debería de estar sucediendo. ¿Por qué? ¿Por qué?

Descargue mi furia contra el árbol, el mismo cedió ante mi golpe sordo. Se fue hacia un lado y se dividió victima de mi fuerza. Observe los restos del árbol y me di cuenta de que estaba fuera de control. Necesitaba salir de ahí.

—Debo volver —me di la vuelta nuevamente y comencé a andar rápidamente. Esperando que Bella desistiera de mantenerme ahí a su lado y me dejara partir.

— ¡Volver con Sam! —obviamente no lo haría. Ella quería continuar.

— Es una forma de verlo.

Bella me siguió todo el camino. Aun y cuando no lograba respirar bien, temblaba de pies a cabeza, el cuerpo me ardía en llamas. Iba con el oído puesto en ella, una parte de mi mente recordaba su torpeza. No deseaba que cayera y se lastimara.

— ¡Espera! —grito mientras yo tomaba rumbo a mi casa.

Gire hacia ella bruscamente.

—Vete a casa, Bella, ya no voy a poder salir contigo.

No pensé que esas palabras fueran a causar tanto dolor en Bella. El rostro se le descompuso y sus ojos se humedecieron, un segundo después sus mejillas estaban repletas de lágrimas.

— ¿Estás rompiendo conmigo?

Me reí ásperamente.

—No es el caso, pero si lo fuera, diría: «Quedemos como amigos». Ni siquiera puedo decirte eso.
Debía olvidarla y alejarme de ella.

— ¿Por qué, Jacob? ¿Sam no te deja tener otros amigos? Jake, por favor. Lo prometiste. ¡Te necesito!

Al parecer no podría cumplir mi promesa.

—Lo siento, Bella —mi voz sonó tan afilada como una cuchilla. Sentí como si una aplanadora pasara sobre mi alma.

—Lamento que antes no pudiera... Me gustaría cambiar lo que siento por ti, Jacob —Bella tartamudeaba, palabras podría decirse que incoherentes, para lo que la conocía—. Es posible... es posible que pudiera cambiar si me dieras un poco de tiempo —su voz paso de gagueos a casi un susurro—, pero no me dejes ahora, Jake. No podré resistirlo. —demonios.

Avance hacia ella en ademan protector. Quería consolarle, la amargura en mi corazón necesitaba de ella. Y el dolor de su corazón roto necesitaba de mí. Extendí una mano sin pensarlo. Buscando una manera de abrazarla y acunarla contra mí pecho. Tranquilizarla y jurarle que todo iba a estar bien.

— No, Bella, por favor, no pienses de ese modo. No te acuses de nada, no pienses que es culpa tuya. Es todo culpa mía, lo juro, no tiene nada que ver contigo.

—No eres tú, soy yo —murmuro.

—Lo que intento decirte, Bella, es que yo no... —como explicarle que yo no era si quiera normal. Que la amaba pero no podía confesarle mi secreto, eso que tanto odiaba y me había transformado en algo ilusorio—. No soy lo bastante bueno para seguir siendo tu amigo, ni ninguna otra cosa. No soy quien era. No soy bueno.

— ¡¿Qué?! —Su mirada acusadora atravesaba mis ojos hasta llegar a mi alma—. ¿Qué estás diciendo? Eres mucho mejor que yo, Jake. ¡Eres bueno! ¿Quién te ha dicho lo contrario? ¿Sam? ¡Eso es totalmente falso, Jacob! ¡No le permitas que te lo diga! —ya Bella no hablaba, ahora gritaba. Instintivamente recupere el control, retrocedí y respirando hondo relaje mi rostro afligido. Hasta recuperar algo de estabilidad.

—Nadie ha tenido que decirme nada. Sé lo que soy.

—Eres mi amigo, eso es lo que eres. Jake, no...

No podía más. Le di la espalda a la dueña de mi corazón.

—Lo siento, Bella —mi voz se quebró sin poder evitarlo. Corrí a grandes zancadas hasta la casa, entre sin ver atrás.

— Hermano, ¿estás bien? Yo… lo siento. —obviamente ellos habían escuchado la ultima parte de la conversación. Esa que había producido a pocos metros. No sabia que tanto habían escuchado de la anterior, pero esperaba no fueran estado poniendo mucha atención.

— Necesito irme. —fue todo lo que les pude explicar. Bella continuaba afuera, estaba seguro de que no se iría. Hice acopio de la poca fuerza que me quedaba antes de perder la cordura. — Papá llama a Charlie. Dile que Bella va para allá, así… quizás ella accederá a irse. —el asintió imperturbable.

Cruce la puerta trasera a la carrera, mientras me quitaba la camisa, dejando libre los temblores que me acometían de forma violenta. Una corriente subió rápidamente desde mis pies, por toda mi columna. Llegue al bosque rápidamente. Ya había comenzado a llover, pase los arboles y me fui hasta la línea divisora que marcaba el tratado con los chupasangre. Era un lugar lejano, nadie recorría la zona.

Me complacía saber que estaba solo, en mi mente. Los demás me concedieron un momento libre de voces y lamentos.. Y lo agradecía enormemente, siendo un lobo podía afrontar mejor mis sentimientos, evitando así que estos acabaran conmigo.

Ahora tenía tiempo para atormentarme.

Bella no sabia nada de mi nueva existencia. Por eso debía dejarla atrás. Como mantenerla en mi vida, si mi vida ya no es la misma.

Mierda

No tenia por que contarle lo que era por que Bella lo sabia todo, absolutamente todo. Yo se lo había confesado cuando consideraba las historias de la tribu puras fantasías. Ella solo necesitaba… recordar.

Pero como hacerle recordar sin decirle a que me refiero. Maldición eso lo pensaría al llegar allá. Necesitaba darme prisa antes de que alguno de los chicos de la manada, se transformara y escuchara mis intenciones. Ahorita debía hablar con Bella, había sido un idiota creyendo que podía dejarla atrás. La amaba. Si la amaba como un idiota.

Necesitaba hablarle, luego podría lidiar con la manada.








1 comentario:

  1. wen capitulazozozozozo amiga jjajja aww si mue bno tkmxoxowen capitulazozozozozo amiga jjajja aww si mue bno tkmxoxo

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