Los personajes referidos a la saga Crepúsculo que son usados en este blog son propiedad de Stephenie Meyer.

diciembre 06, 2011

Existiendo



Hay amistades tan únicas que no son posibles de compara con nadie más. Te hacen feliz y aunque sean diferentes eso no les impide llevarse bien. Es una de las tantas cosas que las une; sus diferencias pues cada una es especial; fueron convertidas en diferentes edades, Lisy estaba recién graduada del liceo, JeSs cursaba el penúltimo año y Angela el último, Pero por cosas del destino terminaron juntas, después de muchos años lograran mantenerse iguales; aunque sus creadores intenten lo contrario, ellas van a luchar por su amistad y su libertad, hasta el final de su eterna existencia.

Existiendo
La vida tiene sorpresas, momentos, experiencias y personas para todo ello, existir siempre ha sido parte de todo ser humano, es un ciclo, nacer, crecer y morir. En eso se ha basado la vida de cualquier humano, tres cosas de las que no se puede escapar y que son parte inquebrantable de la naturaleza, en especial lo último, morir; algo predecible e inevitable para muchos, pero no para mi, y menos para Lisy y JeSs. Teníamos años, bueno décadas siendo unidas e inmortales, los lazos que nos unían no eran fáciles de explicar, pues nos habían convertido el mismo día, con solo segundos de diferencia, estuvimos en el lugar equivocado, la noche equivocada, las tres habíamos salido de la fiesta de los graduandos del instituto y esperábamos taxi en una parada sola y con poca iluminación, no había absolutamente nadie ce4rca más que nosotras tres. Unos minutos después divise un carro que se acercaba, se bajaron un par de hombres y luego no supe más, todo sucedió tan rápido, que en un momento estuve de pie en la calle, con frío, y ahora estaba dentro de un auto, sin poder hacer nada y con el cuello ardiéndome como si tuviera fuego. Sobre las risas de los tipos se podía oír nuestros sollozos y lamentos.

Los tres grandes amigos nos mantuvieron con ellos por siglos, no nos faltaba nada, excepto libertad, nos gustaba se vampiras y vivir como reinas, con todos los lujos y comunidades, pero no a costa de nuestra libertad; así que luego de tres siglos decidimos huir, escapamos a plena luz del día, cuando Gabriel, Eliezer y Anton practicaban lucha en la habitación de la planta baja, nos reunimos en el corredor del tercer piso y bajamos de un salto por la ventana una tras otra, cayendo sordamente desde la ventana lateral. Nos miramos y sonreímos con complicidad, nuestra amistad se había hecho increíblemente fuerte, tanto que éramos como hermanas.
Iniciamos una carrera rápida, salimos de San Marco y llevábamos una mochila en nuestra espalda, solo tenía dinero y documentos… muy poca ropa. Nuestras habilidades nos permitían conseguir más dinero, o solo ingresar a una tienda por más ropa.

Corrimos varios días por temor a que alguien nos siguiera, no nos molestaba hacerlo, pues la velocidad era parte de los beneficios de ser vampiras y tratábamos de aprovecharla al máximo y así tener una excusa para existir. Pero odiábamos temer a algo que quizás ni nos seguía, sabíamos que ellos no tardarían mucho en darse cuenta de que no estábamos pero cuando lo hicieran ya seria tarde. No teníamos muchos sueños, pero sabíamos que no lograríamos nada junto a ellos, mejor lejos que encerradas.

Nos detuvimos en Florencia, en el río Arno, nos bañamos y devoramos algunos animales silvestres a fala de humanos cercanos.

Nos gustaba el lugar era húmedo, cómodo y solitario, pero no lo suficiente como para permanecer ahí, y además que aun estábamos en Roma, debíamos alejarnos del país. Cuando llegamos a Prato la ciudad más cercana, éramos el centro de atención, todos tenían que ver con nosotras, nuestra extraña y exquisita belleza y nuestra piel pálida; la mayoría de los hombres quedaban cautivados ante nosotras sin darse cuenta si quiera. No era que nos molestara esa atención “especial”, la apreciábamos por así decirlo; pues aunque no fuera posible ser más hermosas y esbeltas, los halagos y miradas indebidas nos hacían sentir únicas y admirables. Y además hacíamos un buen uso de nuestros dotes y nuestra belleza, según nuestro juicio.

Después de varios días caminando por las calles y plazas de Florencia y alimentándonos de algunos de los habitantes de la poblada población, nos hospedamos en el hotel Party Heart; nos bañamos y ordenamos comida a la habitación para mantener las apariencias.

6hr después

Un fuerte ruido en la ventana me despertó, quise verificar primero antes de despertar a Lisy y a JeSs, pero cuando me levante de la cama alguien me tomo de las piernas y me jalo hasta el suelo, el no saber que me retenía me distrajo y no pude defenderme al momento cuando me di cuenta de lo que sucedía era tarde, no lograba zafarme, hable en un susurro para no despertar a la gente de junto.

- JeSs… Lisy…!!!

Las interpeladas se incorporaron rápidamente para verme en el suelo, con Gabriel; “mi esposo” por así decirlo; colgado a mi espalda con mis brazos amarrados entre los suyos evitando que me escapara y lo golpeara.

Cuando JeSs se preparaba para saltar sobre este y ayudarme, unas manos pálidas muy conicidad para ella la sostuvieron por los hombros, ese hombre de cabello rubio y carácter dominante que un día había congelado su reloj del tiempo; era Eliezer, claro… Gabriel no vendría solo.
Lisy paso su pierna por el cuello de Gabriel bajándolo de mi espalda, y salto a socorrer a JeSs, cuando estuvimos listas para luchar, con los dos vampiros altos uno rubio y otro castaño, apareció recostado en el marco de la ventana un joven alto de cabello negro, Lisy dio un respingo nerviosa cuando este clavo la vista en ella con una nota de falsa tristeza, era Anton lucia casi desolado y sincero. Algo así como el líder del grupo de hombres. Lisy los conocía bien, todo en el eran fachadas, desde el día en que la convirtió, cuando la cautivo con sus ojos azules, y la convirtió al menor descuido sin poder evitarlo, clavando sus filosos dientes en su débil cuello.

- Calma hermanos míos –pidió el– recuerden que son nuestras mujeres. Las que están frente a nosotros.

Dijo mientras se posicionaba junto a ellos.

- Ellas huyeron, se burlaron de nosotros –reclamo Eliezer.

- ¿Y por eso vamos a terminar con su existencia? –pregunto Anton con voz sarcástica y manipuladora.

- Nosotros de la dimos…!!! –recalco enfadado Gabriel.

Anton suspiro e hizo un asentimiento de cabeza.

- Pero… ¿Qué hacer con ustedes? ¿Por qué han sido tan malagradecidas? –cuestiono Anton.

- No somos sus perros –escupió JeSs– ustedes no pueden solo mandar sobre nosotras y esperar que nos hinquemos ante ustedes y obedezcamos fielmente como si no tuviéramos derecho a elegir.

- Amor, ustedes son nuestras mujeres, las convertimos para nosotros –explico Eliezer– pues lo menos que esperamos es obediencia y fidelidad.

- No somos de ustedes –grite exasperada.

- Pero mi Ángela, nada de lo que ustedes son es realmente suyo; nos deben hasta el respirar –hablo Gabriel con voz teatral y dulce a la vez.

- No les debemos nada –contestamos al unisonó.

- ¿Qué no? –Exclamo Eliezer exasperado –nos deben todo, hasta su amistad.

- Y más… –recalco Gabriel.

- No volveremos con ustedes –afirmo Lisy con convicción y más decidida que antes.

- No por voluntad propia – exclamo Anton con una sonrisa.

- Si nos quieren llevar por la fuerza, tendrán que luchar.

JeSs y yo no esperamos la respuesta de ellos, saltamos sobre sus laterales enzarzándonos en una lucha por iguales, dentro de esa pequeña habitación no quedaba espacio suficiente para tomar velocidad, así que saltábamos de un lado a otro haciendo del enfrentamiento algo confuso, ellos nos habían enseñado a luchar, el ser menores que ellos no era un gran impedimento a la hora de luchar frente a frente, anticipando lo que ellos iban a hacer y sus movimientos para evitarlos y contraatacar.

Los seis nos movíamos demasiado rápido y saltábamos de un lado a otro sin tener éxito; solo nos causábamos rasguños pero no lográbamos lastimarnos en realidad; ellos tenían muchos siglos de experiencia y practica, pero nosotras habíamos aprendido de los mejores, sus técnicas y sus artimañas las conocíamos.

- Esto no tiene sentido. –expulso Eliezer exhausto.

- Tienes razón –confirmo Anton quien respiraba con un poco de dificultad. –vámonos.

- Pero… las dejaremos aquí… dejaremos que se vallan –reclamo Gabriel viéndome con algo de nostalgia.

- No exactamente –dijo Anton con picardía– no duraran mucho tiempo fieles entre ellas mismas. Cuando se pongan en contra las unas con las otras entonces volverán resignadas y arrepentidas hasta su hogar, a donde pertenecen, cada una por su cuenta.

Les dieron la espalda y saltaron por la ventana, uno después del otro, sus palabras no habían causado ningún efecto en nosotras, sabíamos que siempre permaneceríamos unidas, nuestro cariño iba más allá de nuestra conversión y de los culpables. No los necesitábamos… no éramos solo amigas… éramos más que eso… habíamos aprendido a ser hermanas.


Fin

Dedicado a mis amigas, JeSs y Lisy.. las quiero :D

3 comentarios:

  1. Ahaha casí chillo tú...haha amiga gracias
    tte adorisimo muchisimo jjijji
    aww esta hermoso...tss mendigos, como qe no nos qerian dejar? haha amiga no se qe decri jjajja
    me he qedado sin palabras, en blanco literalmente
    jjajja XD pero me encantto, lo ame y lo amaré haha <3 eres genialosaa amiwa beiiaa <3
    tte quiero un churrumaiz :) (otro, otro, otro)

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  2. jajajajajajajaaja xD pss sii ellos juran que nos pueden separar jeje... me hace super feliz que te gustara.. espero a Lisy tambien le guste.. lo hice con mucho cariño para ustedes.... aprecioo su amistaadd churumaizz.. jejejeje xD

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  3. Nunca nos someteriamos a los hombres por muy bellos que fueran Ja ja ja

    Fue una gran sorpreza para mi ver mi nombre en tu magnifico relato.

    Que historia tan genial , y me incluiste en ella ! Gracias Angela , eres muy linda y te quiero mucho, cari~o, igual que a Jess.

    Besos y abrazos,

    LISY

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